Las hemorroides abordadas desde otro punto de vista

16 enero 2018

A la hora de plantearse cómo eliminar las hemorroides internas y externas no importa tanto el estadio en el que se encuentren o su locación como el verdadero origen. Es fundamental dar con la causa para incidir sobre ella.

A pesar de lo que siempre se ha mantenido, no estamos hablando de un problema del conducto anal, sino que se trata de una afección de tipo circulatorio. Dicho de otro modo, las hemorroides son varices que se localizan en el ano. Un problema que se ha de atajar cuanto antes, en cuanto aparezcan los primeros síntomas sin esperar a que se agrave. Algo que el cirujano vascular Juan Guilleuma ponía de manifiesto en un artículo publicado en BioTech Magazine.

Las varices son dilataciones venosas que no son capaces de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón y que pueden aparecer en el conducto anal. El sistema circulatorio está concebido para que la sangre limpia sea bombeada a través de las arterias. Después es devuelta al corazón a través de las venas. En el caso de los miembros inferiores, este retorno se produce hacia arriba gracias a que las venas disponen de unas pequeñas válvulas que impiden que la sangre retroceda hacia abajo. Si estas válvulas de las venas no funcionan de modo correcto, la sangre puede llegar a acumularse dilatando las paredes de las venas o incluso saliendo hacia fuera. Así es básicamente cómo se forman las varices o venas dilatadas.

Artículo publicado por el doctor Guilleuma en El Confidencial (14/1/18).

Lo que nosotros defendemos es la necesidad de incidir en la causa del problema. La mayoría de la población, al pensar en métodos para combatir las hemorroides, piensa en procedimientos quirúrgicos invasivos como la esclerosis química o en medicamentos venotónicos para favorecer la circulación sanguínea y tonificar la pared de las venas. Pero estos no dejan de ser tratamientos sintomáticos de la enfermedad hemorroidal. Ante esta visión mayoritaria de la mayor parte de la población, en IVIS MED defendemos una prueba, desconocida pero no por ello novedosa: la ecografía intravascular (IVUS). Se trata de diagnosticar obstrucciones al flujo en la vena iliaca común. Ofrece resultados mucho más precisos que una flebografía o una ecografía convencional.

Un nuevo enfoque de la enfermedad hemorroidal que sostiene que se trata de un problema derivado de una insuficiencia venosa de la vena iliaca común. El siguiente paso es hacer partícipes a los pacientes de la posibilidad de tratarlo con una angioplastia con “stent”. Es decir, sin tocar el plexo hemorroidal como hasta ahora. Dicho de otro modo, corregir la causa y actuar desde las fases iniciales de la enfermedad sin que las hemorroides lleguen a ser sintomáticas.

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