La dieta es un poderoso condicionante en el tono vascular y microcirculación de la sangre. Por tanto, influye enormemente en el desarrollo de las hemorroides. Para evitarlo o aliviar los síntomas, el aumento de la ingesta de fibra es una de las primeras claves que el especialista va a recomendar para disminuir el estreñimiento y, en consecuencia, el esfuerzo al evacuar.
Con todo, en las siguientes líneas vamos a ofrecer una serie de consejos dietéticos más detallados para aliviar los síntomas de las hemorroides. ¡Presta atención!
Dieta laxante: la clave para combatir las hemorroides
Para que una dieta se considere laxante, debe incluir, al menos, 25 gramos diarios de fibra. De modo que habremos de aumentar la ingesta de verduras y legumbres semanalmente, pero también de derivados como el arroz, la pasta o el pan integral.
Cereales: un plus de eficacia en nuestra dieta anti hemorroides
En algunos casos, puede que el aporte de fibra extra sea insuficiente para lograr un efecto terapéutico en el tratamiento de las hemorroides. Esto significa que habrá dietas en las que sea necesario implementar también complementos dietéticos como semillas de lino, salvado de trigo o avena, etc. En todo caso, es importante aumentar el consumo de agua.
Sí a los antioxidantes para favorecer la circulación
También es importante introducir alimentos antioxidantes, pues ejercen sobre el organismo un efecto antiinflamatorio y mejoran enormemente la circulación de la sangre.
De hecho, numerosos estudios ya han demostrado que el uso de flavonoides (un tipo de antioxidante) reduce en más del 50% de los casos la persistencia o empeoramiento de los síntomas, especialmente si se trata de hemorroides de menor gravedad (grado I y II). Los flavonoides más efectivos son los que combinan diosmina, un componente obtenido del naranjo amargo; o con hesperidina, presente en cítricos como las naranjas y los limones comunes.
¿Tienes hemorroides? Evita estos alimentos
Quien padece hemorroides debe evitar alimentos y bebidas que irritan el estómago, así como los que provocan ardores o reacciones inflamatorias. Algunos ejemplos son el alcohol (deshidrata los intestinos), los embutidos (dificultan la digestión) o la comida picante (provoca ardor e irritaciones en las hemorroides).
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